¿Cuáles son los motivos para denegar una incapacidad permanente?

Solicitar una incapacidad permanente puede ser un proceso complejo y, en algunos casos, la solicitud puede ser rechazada. Esta situación puede generar numerosas dudas e incertidumbre, especialmente cuando se desconoce cuáles son los motivos específicos que pueden llevar a la denegación de este reconocimiento. A través de este artículo, desde Consultame.net, queremos ayudarte a comprender mejor las razones que pueden influir en este tipo de resolución para que, junto con el asesoramiento adecuado, puedas defender eficazmente tus derechos.

¿Qué es la incapacidad permanente según la normativa española?

La incapacidad permanente es una prestación que se otorga cuando un trabajador, tras haber recibido tratamiento médico pertinente, presenta reducciones funcionales o anatómicas severas y definitivas que disminuyen o anulan su capacidad para trabajar. Esta regulación se encuentra recogida en el Texto Refundido de la Ley General de la Seguridad Social (LGSS), específicamente en su artículo 193.

Dependiendo del grado, la incapacidad puede ser parcial, total, absoluta o gran invalidez, y determina no solo el tipo de prestación económica sino también las funciones laborales que la persona afectada podrá realizar en adelante. A pesar de cumplir con lo estipulado en la ley, no siempre estas solicitudes son concedidas, lo que nos lleva a explorar las causas más comunes que pueden llevar a una resolución negativa.

Motivos frecuentes para denegar una incapacidad permanente

1. Insuficiencia de pruebas médicas

Uno de los principales motivos por los que puede denegarse una incapacidad permanente es la falta de evidencia suficiente que respalde la existencia de una patología incapacitante. Es fundamental acreditar de manera contundente, a través de informes médicos detallados y actualizados, la gravedad de la condición que afecta al solicitante.

De hecho, el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) y el Equipo de Valoración de Incapacidades (EVI) valoran no solo el diagnóstico médico, sino también el impacto real de la dolencia sobre la capacidad de trabajo del solicitante. Si los documentos presentados son vagos, insuficientes o no reflejan claramente la permanencia y gravedad del problema, la solicitud podría no prosperar.

2. Falta de gravedad en la afectación funcional

Otra razón habitual es que, tras la evaluación, se determine que el grado de afectación del solicitante no resulta severo como para impedir el desarrollo de las labores habituales o de otras actividades laborales compatibles. El artículo 194 de la LGSS establece que no basta con la existencia de una enfermedad, sino que esta debe generar una reducción objetiva en la capacidad laboral del trabajador.

Si, por ejemplo, el trabajador puede desempeñar algún tipo de tarea adaptada a su condición, es posible que no se considere justificable el reconocimiento de la incapacidad solicitada.

3. Incumplimiento de los periodos de cotización mínimos

En los casos en que la incapacidad no derive de un accidente laboral o enfermedad profesional, se deben cumplir ciertos periodos mínimos de cotización, tal y como lo regula el artículo 195 de la LGSS. La falta de estas cotizaciones es un motivo frecuente de denegación, especialmente cuando la persona no ha completado el tiempo requerido según su edad y situación.

4. Mejoría de la condición médica

Durante el proceso de evaluación, puede concluirse que la dolencia del solicitante tiene posibilidades de mejoría con el tratamiento adecuado. Este es un criterio clave para negar la concesión de una incapacidad permanente, ya que esta se otorga solo en casos en que la patología se considera irreversible o de carácter crónico.

El INSS, basándose en el análisis médico, puede argumentar que la persona debe continuar bajo tratamiento o rehabilitación antes de ser valorada para una posible prestación.

5. Opinión desfavorable del tribunal médico

La decisión final sobre la incapacidad permanente está subordinada a la evaluación realizada por el tribunal médico, es decir, el EVI o los peritos designados por la Seguridad Social. Si este equipo considera que no se cumplen los requisitos legales, técnicos o médicos para conceder la incapacidad, la solicitud será denegada.

Si has recibido una resolución negativa tras solicitar la incapacidad permanente, es importante recordar que puedes presentar una reclamación previa e incluso recurrir ante los tribunales. Este es un proceso que requiere de un análisis exhaustivo de la documentación y argumentos presentados, por lo que contar con el respaldo de abogados especializados, como los que puedes encontrar en Consultame.net, resulta esencial para garantizar que tus derechos estén debidamente defendidos ante la Seguridad Social.

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