La doble imposición es una problemática que surge cuando una misma renta es objeto de varios impuestos similares en diferentes jurisdicciones fiscales o, en algunos casos, dentro de un mismo territorio. Este concepto adquiere especial relevancia en un contexto en el que las actividades económicas y los desplazamientos internacionales son cada vez más frecuentes.
Aunque en muchos casos este fenómeno puede parecer inevitable, existen mecanismos legales tanto nacionales como internacionales que buscan evitar que los contribuyentes se vean gravados de manera excesiva. Estos mecanismos, como los tratados de doble imposición, son esenciales para garantizar la justicia tributaria y permitir un flujo económico eficiente entre países.
- Tributación en dos jurisdicciones: La doble imposición ocurre cuando un mismo ingreso es gravado simultáneamente por dos países debido a normas fiscales diferentes.
- Evitar la concurrencia fiscal: Los convenios de doble imposición tienen el objetivo de prevenir que el contribuyente pague impuestos duplicados sobre la misma renta.
- Relevancia en negocios internacionales: Es un desafío frecuente en operaciones transfronterizas, especialmente para empresas y trabajadores expatriados.
- Crédito fiscal o exención: Los mecanismos más usados para solucionar la doble imposición son otorgar un crédito fiscal o exención por los impuestos pagados en otro país.
- Impacto en la competitividad: Sin acuerdos, la doble imposición puede desincentivar la inversión extranjera y afectar a empresas en países con altos impuestos.
- Simplificación con convenios: Los tratados bilaterales facilitan la cooperación fiscal y definen normas claras para evitar conflictos entre legislaciones nacionales.
¿Qué es la doble imposición y cómo surge?
La doble imposición ocurre principalmente cuando una renta o beneficio generado por una persona física o jurídica es sometido a imposiciones tributarias en dos o más jurisdicciones fiscales. En términos generales, esta situación puede derivarse de conflictos de soberanía fiscal entre países, dado que cada Estado tiene su propio sistema tributario y sus propios principios para determinar cómo se grava la renta.
Este fenómeno puede darse de dos formas principales:
- Imposición jurídica internacional: Sucede cuando una misma persona pagará impuesto sobre la misma renta en dos países diferentes, ya sea como consecuencia de ser considerada residente en ambos países o por la interacción entre la jurisdicción fiscal del país de residencia y la del país donde se generó la renta (Estado de la fuente).
- Doble imposición económica: En este caso, la misma renta o beneficio es gravado en dos niveles diferentes, aunque los sujetos pasivos sean distintos (por ejemplo, accionistas y sociedades).
Ámbitos de aplicación y ejemplos prácticos
Un ejemplo típico de doble imposición jurídica se da cuando un ciudadano español que trabaja en el extranjero es considerado residente en España a efectos fiscales, lo que significa que España grava su renta global. Paralelamente, el país donde obtuvo esa renta también aplica una tributación, generándose así una doble carga impositiva sobre los mismos ingresos.
Para tratar de evitar estas situaciones de desventaja para los contribuyentes, España ha firmado numerosos convenios para evitar la doble imposición con otros países, que explicaremos en detalle más adelante.
Fundamentos legales: ¿Qué dice la normativa española?
Desde el punto de vista normativo, la Ley del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) (Ley 35/2006) en su artículo 80, regula mecanismos para evitar la doble imposición internacional. Esto permite aplicar deducciones por los impuestos satisfechos en el extranjero siempre que se cumplan ciertos requisitos.
Asimismo, la Ley del Impuesto sobre Sociedades (Ley 27/2014) en su artículo 31, estipula cómo se deben computar las deducciones para evitar la doble imposición en las empresas, ya sea por rendimientos obtenidos de manera directa o indirecta.
En ambos casos, la normativa establece límites cuantificables para las deducciones, lo que busca mantener el equilibrio fiscal sin penalizar o sobregravar a los contribuyentes.
Métodos para evitar la doble imposición
La globalización ha llevado a la firma de convenios bilaterales o incluso multilaterales entre diferentes Estados con el objetivo de mitigar el efecto de la doble imposición. Veamos los métodos más frecuentes que se establecen en estos tratados:
Método de exención
Este sistema tiene como objetivo liberar al contribuyente de la obligación de pagar impuestos en su país de residencia sobre las rentas obtenidas en el extranjero. Existen dos tipos principales de exención:
- Exención simple: Se excluyen las rentas internacionales de la base imponible en el país de residencia sin contemplarlas para el cálculo del impuesto a nivel nacional.
- Exención con progresividad: Aunque las rentas extranjeras no se tributen en el país de residencia, sí se toman en consideración para determinar el tipo impositivo aplicable a las rentas imponibles en dicho país.
Método de imputación
También conocido como crédito fiscal, este método permite que los impuestos que ya han sido pagados en el extranjero se deduzcan total o parcialmente del importe tributario que corresponda en el país de residencia del contribuyente. Es un mecanismo relevante, especialmente en casos donde no existen tratados bilaterales entre Estados.
Tratados internacionales: una solución eficaz
España, como parte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y la Unión Europea, ha firmado más de 90 convenios internacionales para evitar la doble imposición. Estos acuerdos, que se basan en gran medida en el Modelo de Convenio Tributario de la OCDE, establecen normas claras para determinar qué Estado tiene la potestad para gravar una renta específica.
Por ejemplo, el convenio entre España y Alemania establece que los ingresos generados por una actividad económica desarrollada en Alemania estarán sujetos a los impuestos locales correspondientes. No obstante, España permitirá que el contribuyente deduzca el impuesto pagado en Alemania, evitando así la doble carga.
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