El despido nulo es una figura jurídica establecida para proteger los derechos fundamentales y libertades públicas de los trabajadores en España. Surge cuando el empleador lleva a cabo una extinción del contrato laboral que incumple garantías legales que buscan prevenir actos de discriminación o vulneración de derechos esenciales. En este artículo detallaremos los casos más comunes, las normativas aplicables y las consecuencias de un despido nulo, una situación que impacta tanto al trabajador como al empleador.
- Reincorporación obligatoria: El despido nulo obliga al empresario a readmitir al trabajador en su puesto inmediatamente.
- Salarios de tramitación: La empresa debe abonar los salarios que el empleado dejó de percibir desde el despido hasta la reincorporación.
- Motivación ilegal o discriminatoria: Este despido se produce por vulneración de derechos fundamentales, como discriminación u otras causas ilegítimas.
- Protección a ciertos colectivos: Trabajadores en circunstancias especiales (embarazadas, representante sindical, reducción de jornada por cuidado, etc.) tienen mayor protección frente a despidos.
- Impugnación del despido: El trabajador puede reclamar frente al despido nulo en los tribunales laborales.
- Carácter retroactivo: El empleado debe ser considerado como si nunca hubiese sido despedido, manteniendo la antigüedad y demás derechos laborales intactos.
¿Qué es un despido nulo?
El despido nulo, según lo regulado en los artículos 53.4 y 55.5 del Estatuto de los Trabajadores, se produce cuando el despido tiene como causa la discriminación prohibida por la Constitución Española, vulnera derechos fundamentales del trabajador o contraviene otros aspectos detallados en estas normativas.
Algunos de los supuestos que determinan que un despido sea declarado nulo incluyen: violaciones relacionadas con motivos de género, raza, religión o discapacidad, así como casos en los que se perjudican derechos asociados al embarazo, la conciliación o condiciones familiares protegidas.
¿Dónde se regula el despido nulo?
La normativa que regula los despidos nulos está principalmente recogida en los siguientes textos legales:
- Estatuto de los Trabajadores: Artículos 53.4 y 55.5. Este define las causas de nulidad y las condiciones laborales vinculadas al despido.
- Ley 36/2011, de 10 de octubre, reguladora de la jurisdicción social: En sus artículos 108 y 113 se establecen los procedimientos judiciales a seguir para la declaración de nulidad.
Este marco normativo ofrece protección reforzada para evitar abusos y discriminaciones en el ámbito laboral.
¿Cuáles son las causas que motivan la nulidad de un despido?
Existen situaciones específicas en las que un despido puede ser declarado nulo por la autoridad judicial. Estas suelen estar relacionadas con la protección de derechos fundamentales y situaciones específicas protegidas, como:
- Despidos que tienen como móvil discriminación por motivos de género, orientación sexual, raza, religión o cualquier otra categoría prohibida constitucionalmente.
- Extinción del contrato a trabajadoras embarazadas o en plena baja de maternidad, según regula el artículo 55.5 del Estatuto de los Trabajadores.
- Vulneración de derechos relacionados con permisos de paternidad/maternidad, lactancia o excedencias por guarda legal.
- Despidos que afectan a trabajadores que ejercieron derechos reconocidos sobre la denuncia de violencia de género.
Qué hacer si crees que tu despido es nulo
Si como trabajador consideras que el despido que has sufrido vulnera tus derechos fundamentales o se origina por causas de discriminación, debes actuar de forma ágil, ya que el plazo para impugnar la decisión es de 20 días hábiles desde la notificación efectiva del despido.
En estos casos, es imprescindible interponer una demanda de impugnación ante los juzgados de lo social. No olvides que este procedimiento tiene carácter preferente, según lo estipulado en los artículos 177 a 184 de la Ley reguladora de la jurisdicción social. De ser necesario, contar con asesoramiento especializado resulta recomendable.
Consecuencias de que un despido sea declarado nulo
La principal repercusión de declarar un despido como nulo es la obligación de readmitir inmediatamente al trabajador en su puesto de trabajo, manteniendo las mismas condiciones laborales que tenía hasta el momento de la extinción del contrato.
Además, el empresario debe abonar al trabajador los salarios de tramitación, es decir, los sueldos correspondientes desde la fecha del despido hasta que se resuelva judicialmente su nulidad.
En ciertos casos, cuando el despido haya vulnerado derechos fundamentales, también el trabajador podría percibir una indemnización por daños morales. Esta cuantía será determinada por la autoridad judicial en función de la gravedad del perjuicio sufrido.
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Diferencias entre despido nulo y despido improcedente
Con frecuencia, aunque ambos conceptos son distintos, se suelen confundir el despido nulo y el despido improcedente. Sin embargo, presentan diferencias notables tanto en sus fundamentos como en las consecuencias legales:
- Despido nulo: Se declara cuando el despido vulnera derechos fundamentales o libertades públicas. Resulta en la readmisión inmediata con abono de salarios no percibidos.
- Despido improcedente: Tiene lugar cuando no se justifican adecuadamente las causas objetivas o el proceso presenta irregularidades formales. Su principal efecto es que el empleador puede optar por indemnizar al trabajador o readmitirlo.
En ambos supuestos, el acompañamiento de expertos en derecho laboral como los disponibles en Consultame.net puede marcar la diferencia en la resolución del conflicto.
Ante situaciones de despido nulo, contar con una buena asesoría legal es fundamental para garantizar que se respeten tus derechos laborales. Si necesitas ayuda profesional, no dudes en contactar con profesionales con experiencia comprobada en esta área del derecho laboral.