El despido disciplinario es una de las causas de extinción de la relación laboral más graves que puede aplicar un empleador. Este tipo de despido se impone cuando el trabajador incurre en conductas consideradas como incumplimientos graves y culpables, de acuerdo con el marco normativo establecido en el Estatuto de los Trabajadores (Real Decreto Legislativo 2/2015, de 23 de octubre). Sin embargo, este procedimiento debe cumplir con ciertos requisitos legales para considerarse válido. A continuación, analizamos en qué consiste, las causas que lo justifican y las opciones de las que disponen ambas partes del contrato laboral.
- Causa grave y culpable: El despido disciplinario se justifica por un incumplimiento grave y culpable del trabajador según lo establecido en el Estatuto de los Trabajadores.
- Pruebas necesarias: La empresa debe acreditar el motivo del despido mediante pruebas sólidas y claras para evitar futuras reclamaciones judiciales.
- Comunicación por escrito: El despido debe notificarse al trabajador mediante carta de despido, detallando los hechos y la fecha de efectos del mismo.
- Plazo para reclamar: El trabajador despedido tiene un plazo de 20 días hábiles para impugnar el despido ante los tribunales laborales.
- Indemnización no aplicable: Este tipo de despido no lleva aparejada indemnización, salvo que se declare improcedente o nulo en un juicio.
- Ejemplos de causas: Los motivos más comunes incluyen faltas repetidas de asistencia, indisciplina, agresiones o bajo rendimiento deliberado.
¿Qué es el despido disciplinario?
El despido disciplinario es el acto por el cual el empleador extingue el contrato de trabajo debido a un incumplimiento contractual grave y doloso por parte del trabajador, con el objetivo de sancionar dicha conducta. No obstante, su adopción debe cumplir ciertos requisitos legales que aseguren la legitimidad de la medida.
En virtud del artículo 54 del Estatuto de los Trabajadores, se señala que este despido debe fundamentarse en una acción que pueda calificarse como incumplimiento grave y culpable, evitando aplicaciones arbitrarias o caprichosas por parte del empresario.
Causas del despido disciplinario
Según el artículo 54.2 del Estatuto de los Trabajadores, existen varias causas predefinidas que justifican el despido disciplinario. Estas son:
- Faltas repetidas e injustificadas de asistencia o puntualidad.
- Indisciplina o desobediencia en el trabajo.
- Ofensas verbales o físicas al empresario, compañeros o familiares de ambos.
- Transgresión de la buena fe contractual o abuso de confianza en el desempeño de la labor.
- Disminución voluntaria y prolongada en el rendimiento del trabajo pactado o normal exigible.
- Embriaguez habitual o toxicomanía que afecten negativamente al desempeño laboral.
- Prácticas de acoso laboral o por razones de género, edad, religión, discapacidad u orientación sexual al empresario o compañeros de trabajo.
Además, cabe mencionar que el convenio colectivo aplicable puede detallar otros supuestos que se consideren como faltas muy graves, las cuales también podrían justificar este tipo de despido.
Requisitos para su procedencia
Para que un despido disciplinario sea considerado legalmente válido, debe cumplir con dos elementos fundamentales:
- Notificación escrita mediante una carta de despido: El documento debe especificar los hechos que motivan el despido, la fecha en que surte efecto y cualquier otra mención pertinente.
- Gravedad y culpabilidad de la falta: Como empleador, será necesario acreditar la veracidad de los hechos y la proporción de la medida adoptada.
Efectos del despido disciplinario
El impacto de un despido disciplinario estará determinado por su calificación judicial, que puede ser considerada como procedente, improcedente o nula:
Despido disciplinario procedente
En este caso, el despido se valida como legal, y la relación laboral queda extinta sin derecho a indemnización. Sin embargo, el trabajador tiene derecho a recibir el finiquito correspondiente y puede solicitar la prestación por desempleo si reúne los requisitos exigidos.
Despido disciplinario improcedente
Si el empresario no justifica adecuadamente las causas del despido, este será declarado improcedente. En tal escenario, la empresa puede optar por readmitir al trabajador y abonar los salarios de tramitación o, alternativamente, indemnizarlo conforme a los parámetros legales establecidos.
Despido disciplinario nulo
El despido será declarado nulo cuando se verifique que vulnera derechos fundamentales del trabajador, como la no discriminación o el respeto a su intimidad. En este caso, la empresa está obligada a readmitir al trabajador en las mismas condiciones anteriores al despido y a abonar los salarios dejados de percibir desde la fecha de extinción hasta la readmisión.
¿Se puede acceder a la prestación por desempleo tras un despido disciplinario?
Una de las preguntas más comunes es si el trabajador puede solicitar el paro tras un despido disciplinario. La respuesta es sí, siempre que este se encuentre en situación legal de desempleo y haya cumplido los períodos mínimos de cotización exigidos por la Seguridad Social. Esto aplica incluso si el despido es calificado como improcedente o procedente.
¿Has sido víctima de un despido disciplinario que consideras injusto? Un abogado laboralista evaluará tu caso, defenderá tus derechos y te guiará hacia la mejor solución posible.
¿Cómo impugnar un despido disciplinario?
En caso de disconformidad con un despido disciplinario, el trabajador puede recurrir a los mecanismos legales previstos en la Ley 36/2011, de 10 de octubre, reguladora de la jurisdicción social. El procedimiento incluye:
- Presentación de la papeleta de conciliación: El trabajador cuenta con un plazo de veinte días hábiles desde la fecha del despido para iniciar el trámite.
- Acto de conciliación: Este proceso intenta llegar a un acuerdo entre las partes para evitar acudir a los tribunales.
- Demanda ante el juzgado de lo social: Si no se alcanza un acuerdo o si el empresario no se presenta, el trabajador podrá presentar una demanda formal ante los órganos judiciales competentes.
En el supuesto de que el despido sea calificado como improcedente o nulo, el trabajador podrá ser indemnizado o readmitido, según se acuerde en la resolución judicial.
Si consideras que tu despido no cumple con las obligaciones legales o no está debidamente fundamentado, contar con el apoyo de un abogado laboralista es fundamental. En Consultame.net podrás contactar con profesionales especializados que te orientarán en cada etapa del proceso, asegurando que tus derechos como trabajador sean plenamente respetados.