Divorcio

El divorcio en España se ha convertido en un procedimiento cada vez más común. Desde los cambios legislativos operados en los últimos años, esta figura jurídica permite a los cónyuges finalizar legalmente su vínculo matrimonial. No obstante, este proceso implica una serie de efectos legales que afectan tanto a los hijos, como al patrimonio y la convivencia familiar. A continuación, te ofrecemos una guía completa sobre los aspectos esenciales que debes conocer acerca del divorcio y las vías para tramitarlo.

¿Qué se entiende por divorcio?

El divorcio es uno de los mecanismos legales contemplados por el Código Civil para disolver el matrimonio. Así lo establece el artículo 85, donde se explica que uno de los motivos por los cuales el matrimonio puede extinguirse es el divorcio, además de la muerte o el fallecimiento declarado de uno de los cónyuges.

Una vez fijada la resolución de divorcio, se anula el vínculo jurídico que unía a los cónyuges. Esto les otorga la libertad de contraer matrimonio nuevamente, en caso de que así lo deseen. Es importante diferenciar entre divorcio y separación, ya que, aunque ambas figuras jurídicas tienen similitudes, no son equivalentes.

¿Cuáles son las diferencias entre divorcio y separación?

Existen diferencias fundamentales entre estas dos figuras del derecho de familia recogidas en el Código Civil. Por un lado, el divorcio rompe irrevocablemente el vínculo matrimonial, permitiendo a las partes casarse nuevamente. Por el contrario, la separación no disuelve este vínculo, pero sí implica la interrupción de la convivencia y la regulación de cuestiones relacionadas con los bienes y los hijos. En este último caso, los cónyuges no pueden contraer matrimonio con terceras personas mientras no se haya formalizado el divorcio.

Un detalle importante que la legislación ha recalibrado tras las reformas de 2005 es que ya no es necesario que los cónyuges se separen previamente para poder divorciarse. La ley española permite iniciar los trámites cuando uno o ambos cónyuges lo soliciten, siempre que se cumplan los requisitos legales.

Requisitos legales para el divorcio

En España, la normativa establece ciertos requisitos básicos para acceder al procedimiento de divorcio:

  1. Existencia de vínculo matrimonial: No es posible tramitar un divorcio si no ha habido un matrimonio previamente registrado.
  2. Duración mínima del matrimonio: Se requiere que hayan transcurrido al menos tres meses desde la celebración del matrimonio.
  3. Solicitud a instancia de parte: El divorcio puede ser solicitado por cualquiera de los cónyuges de manera unilateral o de forma conjunta.

¿Qué tipos de divorcio existen?

El Código Civil contempla distintas modalidades de divorcio. Estas se clasifican según la existencia de acuerdo entre los cónyuges y si el proceso debe ser tramitado ante el juez o el notario. A continuación, detallamos cada una de estas opciones:

  • Divorcio de mutuo acuerdo por vía notarial: Este tipo de divorcio puede ser gestionado ante notario por medio de una escritura pública. Es aplicable únicamente cuando no existen hijos menores o mayores con necesidades especiales.
  • Divorcio de mutuo acuerdo por vía judicial: En este caso, el procedimiento se resuelve ante el juzgado de familia del último domicilio conyugal, siendo necesario presentar un convenio regulador.
  • Divorcio contencioso: Este tipo de divorcio se tramita cuando los cónyuges no alcanzan un acuerdo. Es el juez quien determina las medidas relativas a la vivienda familiar, reparto de bienes y custodia de los hijos, si los hubiere.

Procedimientos para iniciar el trámite

1. Divorcio de mutuo acuerdo

La vía de mutuo acuerdo es recomendada, ya que simplifica el procedimiento y reduce costos. Requiere que ambas partes estén de acuerdo en las medidas a adoptar sobre la guarda y custodia de los hijos, el uso de la vivienda familiar, la pensión alimenticia y la liquidación del régimen de bienes.

Para tramitarlo, será necesario presentar ante el notario o el juzgado el convenio regulador suscrito por ambos cónyuges, acompañado del certificado de matrimonio y de empadronamiento. Este procedimiento es más ágil y suele resolverse en un plazo corto de tiempo.

2. Divorcio contencioso

Cuando no se alcanza un consenso, el divorcio debe resolverse ante el juez mediante un procedimiento contencioso. Este proceso suele ser más largo y complejo, ya que requiere la presentación de pruebas y la intervención del Ministerio Fiscal en los casos que afecten a menores. Cada cónyuge deberá contar con abogado y procurador propios.

El procedimiento contencioso también implica mayores costes económicos y emocionales, debido al enfrentamiento judicial. Por ello, siempre que sea posible, se recomienda intentar alcanzar un acuerdo previo.

Efectos legales del divorcio

A partir de la firmeza de la resolución de divorcio (ya sea una sentencia judicial o un documento notarial), se producen una serie de efectos jurídicos que se deben considerar:

  • Disolución del régimen económico matrimonial: Si el matrimonio estaba sujeto al régimen de gananciales, este será liquidado. Los bienes se repartirán según los pactos establecidos o a falta de ellos, conforme a las disposiciones legales.
  • Custodia y manutención de los hijos: Se determinarán aspectos como la guarda y custodia, régimen de visitas y la pensión alimenticia. Estas medidas estarán sujetas al interés superior del menor.
  • Uso de la vivienda familiar: Según las circunstancias, puede ser otorgado al cónyuge que quede al cuidado de los hijos o, en su defecto, se pactará su reparto o venta.
  • Extinción de lazos jurídicos: Los excónyuges tendrán plena libertad para contraer matrimonio nuevamente.

Es importante inscribir el divorcio en el Registro Civil para que surta efectos frente a terceros.

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