¿Cómo declararse insolvente?

Cuando nos encontramos ante una imposibilidad de hacer frente a nuestras obligaciones económicas, el concepto de insolvencia toma protagonismo. Entender cómo gestionar esta situación desde el marco jurídico es fundamental, ya que puede ofrecer soluciones legales que protejan tanto los derechos del deudor como los de sus acreedores. En este artículo, profundizaremos sobre cómo declararse insolvente, las normativas implicadas y los pasos que puedes seguir si te encuentras en esta delicada circunstancia.

  • Evaluación de la situación financiera: Analiza tus ingresos, deudas y activos para confirmar la insolvencia y determinar si puedes afrontar las obligaciones económicas.
  • Acudir a un abogado especializado: Consulta con un experto en derecho concursal para asesorarte en el procedimiento y las opciones legales más adecuadas.
  • Presentar el concurso de acreedores: Inicia este trámite ante el juzgado competente, proporcionando la documentación requerida para demostrar tu incapacidad de pago.
  • Negociación con acreedores: Busca un acuerdo extrajudicial para facilitar el pago parcial o aplazado de las deudas, evitando la ejecución de bienes.
  • Suspensión de ejecuciones: Al declarar insolvencia, se paralizan embargos o procedimientos judiciales, otorgándote tiempo para reorganizar tus finanzas.
  • Liquidación o plan de pagos: Según el caso, puede procederse a liquidar bienes o establecer un plan para el pago restructurado de las deudas pendientes.

¿Qué significa declararse insolvente en España?

La insolvencia se define como la incapacidad de una persona física o jurídica para hacer frente a sus deudas de forma regular. En el ámbito legal, este término no implica que el deudor esté incapacitado de cumplir formalmente con sus obligaciones, sino que su situación económica lo impide de manera fundamentada.

Aunque popularmente se habla de «declararse insolvente», jurídicamente no existe un procedimiento denominado como tal. En cambio, la legislación española ofrece vías legales específicas dependiendo de si la persona afectada es física o jurídica. En particular, se pueden invocar opciones como el concurso de acreedores o la Ley de la Segunda Oportunidad.

Procedimientos legales para gestionar la insolvencia

1. Concurso de acreedores

El concurso de acreedores, regulado por la Ley Concursal 16/2022, de 5 de septiembre, es el procedimiento destinado a personas jurídicas o autónomos con grandes dificultades económicas para reorganizar sus deudas y, si es posible, evitar la liquidación de su patrimonio. Este mecanismo busca proteger tanto al deudor como a los acreedores.

Para iniciar este procedimiento, es imprescindible presentar una solicitud de concurso ante el juzgado de lo mercantil correspondiente, ya sea de forma voluntaria o forzosa (iniciada por los acreedores). El artículo 2 de la Ley Concursal establece los requisitos específicos, entre los que se incluye demostrar el estado de insolvencia actual o inminente.

Los pasos básicos dentro del proceso de concurso de acreedores incluyen:

  • Presentar la solicitud junto con la documentación financiera.
  • Designación de un administrador concursal que gestionará las negociaciones con los acreedores.
  • Propuesta de un convenio que permita reestructurar o aplazar las deudas.

En caso de no poder alcanzar un acuerdo con los acreedores, la fase de liquidación del patrimonio pasa a ser inevitable.

2. Ley de la Segunda Oportunidad

La Ley de la Segunda Oportunidad, regulada originalmente por la Ley 25/2015, de 28 de julio, y modificada posteriormente, está orientada a particulares y autónomos que no pueden afrontar sus deudas. Este mecanismo persigue dar una solución definitiva al permitir la exoneración del pasivo insatisfecho (conocida como BEPI), siempre que se cumplan ciertos requisitos.

Entre las condiciones principales para acogerse a esta ley destacan:

  • Actuar de buena fe, lo que incluye no haber generado la deuda de forma fraudulenta.
  • Intentar alcanzar un acuerdo extrajudicial con los acreedores antes de solicitar el procedimiento judicial.
  • No haber sido condenado por delitos económicos, patrimoniales o falsedad documental en los últimos diez años.

El procedimiento conlleva dos fases: el acuerdo extrajudicial de pagos y el concurso consecutivo. Si tras estas fases los resultados no son favorables, el juez puede autorizar la exoneración de la deuda, sometida a ciertos límites (como los créditos públicos o las pensiones).

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¿Qué hacer si necesitas asesoramiento jurídico en casos de insolvencia?

Afrontar una situación de insolvencia puede ser complejo, tanto a nivel económico como emocional. Por ello, es esencial contar con el respaldo de abogados especializados en esta materia que puedan asesorarte de manera profesional y acorde a tu situación personal.

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