La Central de Información de Riesgos del Banco de España (CIRBE) es una base de datos gestionada por el Banco de España que almacena información financiera proporcionada por entidades de crédito. Este sistema constituye una herramienta esencial para supervisar el sistema financiero español, aportando transparencia sobre los riesgos financieros asumidos por personas físicas, jurídicas y Administraciones Públicas.
¿Qué es la CIRBE y cómo funciona?
La CIRBE recopila, centraliza y pone a disposición de las entidades ciertas informaciones relacionadas con préstamos, avales, créditos, tarjetas de crédito y garantías que superen un umbral mínimo de 1.000 euros (anteriormente, el límite era de 9.000 euros hasta 2020). Las entidades financieras deben informar periódicamente sobre estas operaciones al Banco de España, conforme a lo estipulado en la normativa vigente.
Es relevante señalar que no es necesario el consentimiento de las personas físicas titulares de los datos para que las entidades declarantes comuniquen la información a la CIRBE. Eso sí, estas últimas están obligadas a informar previamente a sus clientes sobre el referido registro y los datos que serán incluidos, tal como establece la normativa sobre protección de datos.
¿Qué entidades están obligadas a declarar datos en la CIRBE?
Diversas instituciones están obligadas por el Banco de España a declarar información en la CIRBE. Entre ellas destacan:
- Entidades de crédito españolas y sucursales en España de entidades de crédito extranjeras.
- Establecimientos financieros de crédito y prestamistas inmobiliarios.
- Sociedades de garantía recíproca y entidades de reafianzamiento.
- Administraciones Públicas cuando operen como titulares de riesgos.
- Aquellas entidades que determine el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, a propuesta del Banco de España.
Además, cualquier entidad que gestione o participe en operaciones de crédito dentro del territorio español debe cumplir con esta obligación, tal como se establece en los artículos relacionados con la supervisión prudencial de la Ley 10/2014, de 26 de junio, de ordenación, supervisión y solvencia de entidades de crédito.
¿Es la CIRBE un registro público?
No, la información recopilada en la CIRBE tiene carácter confidencial. Esta únicamente puede ser consultada por las propias entidades declarantes y bajo estrictas limitaciones, como en casos de evaluación para conceder créditos o gestionar riesgos financieros. Además, las entidades están sujetas a la normativa sobre protección de datos y no pueden ceder o compartir esta información sin el consentimiento expreso del titular, salvo en los supuestos expresamente previstos en la ley.
Los datos de la CIRBE son utilizados con fines financieros y legislativos, según lo establece la Ley Orgánica 3/2018, de 5 de diciembre, de Protección de Datos Personales y garantía de los derechos digitales, asegurando que las entidades respeten el marco legal aplicable.
¿Puede acceder una persona física o jurídica a sus datos en la CIRBE?
Sí, cualquier persona física o jurídica puede solicitar un informe de su situación crediticia reflejada en la CIRBE. Para ello, se puede usar uno de los siguientes métodos:
- Envío de una solicitud por correo postal al Banco de España, adjuntando una copia del DNI, NIE o pasaporte.
- Presencialmente, a través de las sucursales del Banco de España presentando un documento identificativo válido.
- Por vía telemática mediante el uso de firma digital reconocida o DNI electrónico a través de su sede electrónica.
¿Cuánto tiempo se almacenan los datos en la CIRBE?
Según la normativa del Banco de España, los datos se conservan durante un máximo de 10 años desde la fecha de la operación. Una vez transcurrido este plazo, los datos deben ser eliminados de la base de datos, excepto si se utilizan con fines históricos, estadísticos o administrativos, en cuyo caso se aplican técnicas de pseudonimización para anonimizar al titular.
¿En qué se diferencia la CIRBE de un registro de morosidad?
Es frecuente confundir la CIRBE con un registro de morosidad, pero es esencial destacar que se trata de conceptos distintos. La CIRBE no incluye información sobre si los titulares de los riesgos han cumplido con los pagos, por lo que no es una lista de deudores impagados como podría ser ASNEF o RAI. Su función principal es proporcionar una visión global de los riesgos financieros acumulados por un titular con diversas entidades.
No obstante, la CIRBE desempeña un papel importante para las entidades financieras al evaluar la capacidad de endeudamiento de posibles prestatarios, ayudando a prevenir riesgos de incumplimiento.
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