La alienación parental es un fenómeno cada vez más presente en los procesos de separación y divorcio. Se produce cuando uno de los progenitores interfiere intencionadamente en la relación entre el hijo y el otro progenitor, manipulando emocionalmente al menor para generar rechazo, desprecio o temor hacia este último. Esta situación, además de afectar profundamente la vida del niño, plantea complejas implicaciones legales y emocionales que deben abordarse con sensibilidad y conocimiento.
¿Qué es la alienación parental?
La alienación parental engloba un conjunto de conductas dirigidas a obstaculizar el vínculo de un menor con uno de sus progenitores. Estas acciones suelen manifestarse a través de descalificaciones verbales, tergiversación de la realidad o impedimentos directos para el contacto entre el niño y el progenitor víctima.
Efectivamente, el objetivo del progenitor alienante es influir negativamente en la percepción que tiene el menor sobre el progenitor rechazado, llegando incluso a inducir sentimientos de odio o rechazo injustificado. Esta situación puede darse en contextos de divorcio conflictivo, cuando las disputas por la custodia o el uso de la vivienda se convierten en escenarios de enfrentamiento.
Aspectos legales de la alienación parental en España
Desde el punto de vista legal, es importante destacar que el Síndrome de Alienación Parental (SAP) no está reconocido actualmente dentro de los manuales diagnósticos como el DSM-5 o la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE). Esto significa que, aunque puede ser considerado en los procedimientos judiciales como un factor a analizar, no constituye una figura jurídica en sí misma.
En España, su regulación no está recogida explícitamente en ninguna norma específica. Sin embargo, se puede invocar el principio del interés superior del menor amparado en el artículo 39 de la Constitución Española y el art. 2 de la Ley Orgánica 1/1996, de 15 de enero, de Protección Jurídica del Menor, que se pronuncian sobre la obligación de garantizar el bienestar y desarrollo integral de los niños y niñas.
A pesar de la falta de mención expresa, los jueces pueden valerse de informes psicológicos periciales y evaluar el contexto familiar para determinar si esta manipulación se ha producido. La jurisprudencia española ha incluido casos en los que los indicios de alienación parental han influido en las resoluciones relacionadas con la custodia o las visitas.
Por ejemplo, el Tribunal Supremo en su sentencia 519/2017, de 22 de septiembre, tuvo en cuenta la manipulación psicológica ejercida por un progenitor como un elemento fundamental para establecer un régimen de custodia compartida que pudiera revertir esa influencia negativa sobre el menor.
¿Cómo identificar la alienación parental?
La alienación parental puede manifestarse a través de ciertos comportamientos tanto en el progenitor manipulador como en el menor afectado.
Indicadores en el progenitor alienante
- Denigrar al otro progenitor en presencia del menor mediante insultos o críticas constantes.
- Interferir o impedir los encuentros entre el menor y el progenitor rechazado.
- Reforzar conductas de rechazo o indiferencia por parte del menor hacia el otro progenitor.
- Realizar falsas acusaciones contra el progenitor al que se busca alejar, como señalarlos culpables de comportamientos inadecuados o peligros para el menor.
Indicios en el menor
- Rechazo infundado y persistente hacia uno de los progenitores.
- Comentarios negativos reiterados sobre el progenitor rechazado, casi siempre utilizando argumentos proporcionados por el progenitor alienante.
- Falta de remordimiento o culpa al despreciar al padre o madre rechazado.
- Alineación extrema con el progenitor manipulador, percibiendo cualquier crítica hacia este último como un ataque personal.
Alienación parental y la protección del menor
El efecto más grave de la alienación parental es la afectación emocional y psicológica del menor. Este tipo de manipulación interfiere profundamente en su desarrollo emocional, generando confusión, sentimiento de culpa y, en muchos casos, problemas duraderos en sus futuras relaciones personales.
La alienación parental puede ser calificada como una forma de maltrato emocional. Por ello, garantizar la protección del menor se convierte en una prioridad para las instituciones legales. Los tribunales pueden aplicar medidas como:
- Supervisar las visitas del progenitor alienante.
- Variar las condiciones de la custodia y las visitas del menor, priorizando el bienestar psicológico.
- Solicitar la intervención de un psicólogo forense para evaluar el entorno familiar.
En este contexto, el apoyo de abogados especializados en derecho de familia es fundamental para orientar a los afectados y proteger los derechos de los menores. En Consultame.net, puedes contactar con expertos que te guiarán en este tipo de situaciones complicadas y trabajarán para asegurar el bienestar emocional y legal de las familias.