El finiquito es un documento esencial en el ámbito laboral que formaliza la liquidación de las cantidades pendientes entre una empresa y un trabajador al finalizar una relación laboral. La duda más común entre trabajadores y empleadores es sobre su obligatoriedad y en qué situaciones debe entregarse. En este artículo, vamos a analizar con detalle cuándo es obligatorio el finiquito según la legislación española vigente.
¿Qué es el finiquito y qué incluye?
El finiquito, regulado dentro del marco del Estatuto de los Trabajadores, es el documento que oficializa el acuerdo económico entre un trabajador y el empleador cuando se extingue una relación laboral. A través de este, la empresa detalla las cantidades económicas que se adeudan al trabajador hasta el momento de su desvinculación, así como cualquier posible deuda del trabajador hacia la empresa.
En este documento suelen incluirse conceptos tales como:
- Salarios pendientes de pago.
- Vacaciones generadas y no disfrutadas.
- Pagas extraordinarias devengadas y no abonadas.
- Horas extra pendientes (si las hubiera).
- Indemnización, si corresponde según el caso concreto.
Por lo tanto, el finiquito no solo refleja el saldo económico pendiente sino que también es una herramienta para resolver y formalizar la relación laboral entre ambas partes.
¿Cuándo es obligatorio el finiquito según el Estatuto de los Trabajadores?
De acuerdo con el artículo 49 del Estatuto de los Trabajadores, el finiquito es obligatorio siempre que se produzca la extinción de un contrato laboral, independientemente del motivo que haya originado dicha finalización. Algunas de las causas más comunes contempladas en el citado artículo son:
- Finalización del contrato por expiración del tiempo acordado (ej. contratos temporales).
- Baja voluntaria presentada por el trabajador.
- Despido disciplinario llevado a cabo por el empleador.
- Despido objetivo por causas económicas, organizativas o técnicas.
- Mutuo acuerdo entre ambas partes.
En consecuencia, no importa si la terminación del contrato se produce por voluntad del empleado, por decisión del empleador o por el transcurso del tiempo previamente pactado. La empresa está obligada a realizar la liquidación correspondiente en todos los casos.
¿Existe alguna excepción a esta obligatoriedad?
No. Incluso en casos de despido disciplinario, donde el trabajador ha cometido incumplimientos graves, sigue siendo obligatorio elaborar y entregar el finiquito. Sin embargo, lo que puede suceder en estos casos es que los importes de la liquidación sean mínimos o incluso inexistentes si no hay salarios pendientes o derechos económicos acumulados.
El finiquito y la indemnización: Diferencias importantes a tener en cuenta
Uno de los errores más comunes es confundir el finiquito con la indemnización por despido. Aunque ambos pueden suceder al momento de la extinción de un contrato laboral, son conceptos diferentes y obedecen a regulaciones específicas:
- El finiquito es obligatorio en todos los casos y engloba los pagos pendientes (salarios, vacaciones, etc.).
- La indemnización únicamente aplica en algunas circunstancias, como despidos improcedentes, objetivos o terminaciones de contratos temporales. Su cálculo depende del tipo de despido y la antigüedad del trabajador.
Por lo tanto, que un trabajador tenga derecho a su liquidación (finiquito) no implica automáticamente que también tenga derecho a una indemnización.
¿Qué debe hacer el trabajador si no recibe su finiquito?
En algunos casos, puede ocurrir que la empresa no entregue el finiquito o este no refleje los importes correctos. Si un trabajador se enfrenta a esta situación, es importante actuar con rapidez:
- Solicitar el finiquito por escrito: En muchos casos, puede tratarse de una omisión o un error administrativo que puede resolverse de forma amistosa.
- Comprobar los importes: Es recomendable verificar que los importes reflejados en el finiquito coincidan con lo realmente adeudado.
- Buscar asesoría legal: Si el empleador se niega a pagar o surgen discrepancias graves, el trabajador puede acudir a la vía judicial. Trabajar junto a un abogado especializado en derecho laboral garantiza que los derechos del trabajador sean defendidos de manera efectiva.
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Actuar con diligencia y conocimiento es clave para evitar situaciones perjudiciales tanto para el trabajador como para el empleador. Mantener una relación laboral formalmente cerrada a través del finiquito es esencial para ambas partes.