La jubilación en España es uno de los momentos más relevantes en la vida laboral de cualquier persona. Esta etapa, gestionada por el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS), no solo garantiza una prestación económica tras años de esfuerzo, sino que además conlleva una serie de requisitos legales que deben cumplirse para poder acceder a ella. Además, es importante tener en cuenta la normativa vigente, ya que esta regula tanto las condiciones de acceso como el cálculo de la pensión.
¿Qué es la jubilación ordinaria?
La jubilación ordinaria es el tipo más común dentro de los diversos modelos de pensión que existen en España. Se concede a las personas que alcanzan la edad legal establecida y cumplen con el período mínimo de cotización requerido. En 2023, la edad general de jubilación es de 66 años y 4 meses, aunque puede ser de 65 años para quienes acrediten al menos 37 años y 9 meses de cotizaciones.
El cálculo de la pensión se realiza tomando como referencia la base reguladora, que depende de las bases de cotización del trabajador durante determinados años previos a su retiro. El porcentaje de la pensión final oscila según el tiempo cotizado, comenzando desde un 50% para quien solo cumpla con los 15 años mínimos exigidos hasta llegar al 100% de la base reguladora para quienes alcancen el periodo de cotización total requerido, según las disposiciones de la Ley General de la Seguridad Social (Real Decreto Legislativo 8/2015).
Tipos de jubilación disponibles en España
El sistema ofrece diversos tipos de jubilación que se ajustan a las situaciones específicas de los trabajadores. Estos son algunos de los más relevantes:
1. Jubilación anticipada
Permite retirar la actividad laboral antes de la edad legal establecida, siempre que se cumplan requisitos específicos. Hay dos variantes principales:
- Jubilación anticipada voluntaria: Se accede como máximo dos años antes de la edad legal. Exige un período de cotización mínimo de 35 años.
- Jubilación anticipada involuntaria: Para trabajadores que cesan su actividad debido a una causa no imputable a ellos, como un despido objetivo. El acceso puede adelantarse hasta cuatro años y requiere un mínimo de 33 años cotizados.
2. Jubilación parcial
Esta modalidad combina la prestación por jubilación con una reducción de jornada laboral. Es una alternativa especialmente útil para quienes desean una transición gradual hacia la jubilación plena. Se puede acceder a ella a partir de los 60 años, siendo indispensable un contrato de relevo con la empresa.
3. Jubilación activa
Permite compatibilizar el cobro del 50% de la pensión con el ejercicio de una actividad laboral por cuenta propia o ajena. Es una opción interesante para profesionales que deseen continuar activos tras alcanzar la edad de jubilación.
4. Jubilación demorada
Consiste en prolongar la vida laboral más allá de la edad legal de jubilación. Esta opción ofrece incentivos económicos, como un incremento en el porcentaje de la pensión por cada año adicional trabajado.
Requisitos generales para acceder a la jubilación
El acceso a la jubilación en España depende de una serie de condiciones recogidas en la legislación. Según el artículo 205 de la Ley General de la Seguridad Social, estas son las principales:
- Edad mínima: Dependiendo del periodo cotizado, la edad de jubilación varía entre los 65 y los 67 años, según las tablas de transición hasta 2027.
- Período mínimo de cotización: Se requiere haber cotizado al menos 15 años (5.475 días), de los cuales al menos dos deben estar en los 15 años previos a la solicitud.
- Estar dado de alta o en situación asimilada al alta: Esto implica que el trabajador debe estar registrado en el sistema de la Seguridad Social en el momento del hecho causante o acreditar una situación equiparable.
Otros factores que pueden incidir en el acceso a la pensión de jubilación incluyen la nacionalidad, la compatibilidad con otras prestaciones sociales y los convenios internacionales en el caso de periodos cotizados en otros países.
Aspectos fiscales de la jubilación
La pensión de jubilación tributa como rendimiento del trabajo en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF). Esto significa que, al igual que un salario, la prestación está sujeta a retenciones que varían en función de la cuantía mensual y la situación personal y familiar de cada beneficiario.
Es fundamental optimizar la gestión fiscal de la pensión, especialmente si se dispone de otras fuentes de ingresos, para evitar errores que puedan derivar en sanciones o pagos inesperados al realizar la declaración anual de la renta.
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